"Emperador de Brasil a los veintitrés años, Pedro I marcó con su huella la historia. Desmedido y contradictorio, las mujeres fueron su salvación y su perdición: su esposa, la virtuosa Leopoldina, lo llevó a la cumbre, y su amante, la ardiente Domitlia, lo arrastró a la decadencia. Cuando el inmenso Brasil se le hizo pequeño, puso su vida en juego por aquello que creía justo."
PREMI PLANETA 2011
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